En un post anterior os hablamos de la Iglesia de San Pedro y de la leyenda que albergaban su torre y sus campanas. Hoy os hablaremos sobre San Nicolás de los Servitas, antiguamente San Nicolás de Bari, la que se cree la iglesia más antigua de Madrid.
Fue desde el siglo XII una de las diez parroquias del recinto amurallado de la Villa, que ya se nombra en el Fuero de 1202 haciendo competencia a la de Nuestra Señora de la Almudena, en el comienzo de la calle Mayor. Cuando se derribó esta última, San Nicolás ocupó su puesto en antigüedad.
Se encuentra en la calle a la que da nombre y donde está nuestra oficina de Madrid and You. Es una iglesia de estilo mudéjar del siglo XII, y los restos arqueológicos que se encontraron y su situación hicieron pensar que se trataba de una mezquita musulmana por la cercanía con la Alcazaba del emir Mohamed I, pero la torre y otras dataciones señalan que se trata de un templo posterior, de época mudéjar. Se han realizado muchas transformaciones y restauraciones que han afectado mucho su aspecto.
De la época medieval es el gran arco toral de herradura que comunica la nave con el altar y el techo de madera que está ligeramente inclinado para adaptarse al suelo desnivelado. Del siglo XV es el ábside cubierto por una gran bóveda estrellada y con una puerta de acceso al presbiterio decorada con yeserías de estilo plateresco. A comienzos del siglo XIX pierde el rango de parroquia en favor de la vecina de El Salvador y se abandona el edificio siendo usado éste como cuartel de las tropas francesas y almacén militar hasta que unos años más tarde pasa a ser propiedad de los monjes de la Orden Tercera de Servitas que restauran y mejoran el templo. Los frailes de esta orden italiana son de culto pasionista, los primeros de esta fundación florentina que se asientan en Madrid y los que que propagan el culto de la Virgen de los Dolores.
Es esta iglesia única y singular en la ciudad por varias razones: por encima de las bóvedas, la nave central conserva íntegra aunque estropeada una armadura mudéjar, en cuyos extremos se encuentran lazos árabes; la torre se confirma como minarete árabe, con tres zonas de arquerías ciegas de arcos de herradura y lobulados, y también hay que destacar la portada barroca del XVIII de Luis Salvador Carmona con la imagen de San Nicolás en un relieve.
En esta iglesia se enterró a Juan de Herrera, arquitecto de la corte de Felipe II. Sus restos más tarde se trasladaron a Maliaño, en Cantabria, donde se encuentra su panteón familiar.
Sin duda, se trata de una iglesia que bien merece una visita y cuando paséis por la calle de San Nicolás, ¡no dejéis de saludarnos!
